miércoles, 12 de enero de 2011

TEMA 9.3.2 CREACIÓN DE PROGRAMAS DE ANIMACIÓN TURÍSTICA

6.2. Creación de programas

La finalidad de este último apartado es establecer una metodología del proceso de
creación de un programa simple que sea la base sobre la que se pueden llegar a edificar
los programas paralelos. Para lograr este objetivo, se divide el contenido en una serie
de pasos que son los que el animador ha de seguir para crear la rueda semanal de actividades.

6.2.1. Pautas metodológicas del proceso

Es imprescindible que antes de afrontar el papel en blanco de la acción creadora, se
tenga en cuenta que se tendrán que aplicar muchas de las partes analizadas hasta el momento
en esta obra. Llega el momento ahora de utilizar las herramientas que se han ido comentando
y darles forma en un proyecto. En la figura 6.9 se pueden observar los pasos metodológicos
a seguir para crear un programa de actividades. A continuación se describen y
analizan todos ellos.

1. El análisis de los factores. Para iniciar cualquier tipo de creación el primer paso
consiste en analizar las circunstancias. En este caso son los factores determinantes
que se vieron en el capítulo 4: el entorno, los recursos físicos, la tipología de
usuarios, el empresario y los recursos humanos. Pero además de ellos se tendrá
que saber si existe en la empresa algún archivo histórico, es decir, si ha habido un
contacto o algunas experiencias previas con la animación turística y cuáles fueron
sus resultados.
2. Procesamiento de la información. Una vez recopilada toda esta información se dará
paso a su procesado, esto implicaría colocar en orden esta información, analizarla
y empezar a sintetizarla, tomando conciencia de cuáles son los puntos clave y
las exigencias de cada una de las partes. Se tratará de un ejercicio de síntesis que
el animador turístico tendrá que hacer. Supone, por tanto, un diagnóstico que tendrá
que llevarse a cabo basándose en las investigaciones realizadas.
Se aconseja que en primer lugar se haga una lista que resuma las conclusiones
a las que se ha llegado una vez analizada la situación. Esta lista ha de representar
las dificultades y los objetivos principales que perseguirá el programa, por ejemplo,
el número de animadores, las contrataciones exteriores, señalando el día de
la semana, los cambios mayoritarios de la semana y las características de las personas
que cambian, y la propuesta de los días de fiesta de los animadores, junto
con las peticiones específicas y las imposiciones que haya podido hacer el empresario.
Con toda esta información se pasará al punto siguiente.



3. Redactado de directrices el punto anterior se trataba del ejercicio de síntesis,
en éste se va a tratar de redactar, plasmar por escrito los aspectos esenciales
a los que en él se llegó. Aquí se confecciona la lista definitiva y ordenada de todo
lo que se tendrá que tener en cuenta durante el proceso de creación del programa.
Este redactado se ha de hacer por escrito en una hoja aparte ya que ha de servir
para ir consultando a medida que se avanza en la parrilla.

4. Creación de la parrilla: días y horas. Delante de la figura en blanco de la parrilla se
tendrá que comenzar colocando los días de la semana; seguidamente las horas de
inicio de cada una de las actividades en los recuadros de los márgenes izquierdos.
Se recuerda que los horarios dependerán de los que tenga marcados previamente el
restaurante, y que el número de actividades de cada una de las franjas dependerá en
gran medida del número de animadores con que cuente el departamento.
El próximo paso será colocar el día de cambio que se haya decidido en el punto
segundo, en el procesamiento de la información. Definido el día de cambio, ya se
puede pasar a marcar en la parrilla los días libres de cada uno de los animadores. Con
el objetivo de facilitar la confección del programa, se propone que esos días previstos
se señalen junto a las noches en la parte inferior externa de la parrilla; es una
manera efectiva de tenerlo en cuenta para descargar la complejidad de aplicación de
las actividades en los días en que falte algún miembro del staff y aprovechar así la
circunstancia para colocar alguna contratación exterior, si se cree oportuno.

5. Las actividades nocturnas. Es el momento de empezar a colocar las actividades en
La parrilla; para ello se comenzará por las noches, ya que son las que marcan el
tema del día, además de que también son el objetivo final de los esfuerzos del día
y de las actividades que más público atraen.
Para la confección de los pasos 5, 6 y 7 de este esquema metodológico, se seguirán
las mismas directrices que se describen ahora, y serán válidas para los tres
pasos: la primera actividad de noche que se coloque en la parrilla corresponderá
a la noche del día primero del esquema de orden. Es la noche de bienvenida, pero
se ha de evitar designarla así; es aconsejable optar por nombres menos comprometidos,
como por ejemplo utilizar el del establecimiento. No será necesario dar
a conocer que es una noche de bienvenida, porque para los clientes que no hayan
llegado ese día puede suponer algún tipo de agresión a su sensibilidad, aunque sea
leve. El resultado podría ser "La noche del hotel Barcelona", en el supuesto de
que sea ése el nombre del establecimiento. El contenido de la fiesta será el propio
de una estructura de bienvenida, con sus elementos de integración e interrelación.
Una vez decidida la primera noche, el próximo paso va a ser un retroceso en
el orden de las noches para colocarse en la número siete. Si se retrocede a la noche
siete de la programación se llegará a la noche más intensa de toda la rueda semanal,
es decir, que tendrá que ser la más espectacular, o por lo menos la que más
capacidad de motivación e interés aporte a los residentes. Hasta hace poco tiempo
la actividad reina en esta noche eran los espectáculos de flamenco; sin embargo, la
tendencia en los últimos años se decanta hacia otras actividades, aunque en el caso
de que continúe siendo flamenco, éste deberá ser de muy buena calidad. Lo que
está dando muy buenos resultados son las actuaciones mixtas de animadores y
algunos clientes, a condición de que estos últimos se hayan elegido meticulosamente
de entre los grupos de residentes del establecimiento. Eligiendo a determinadas
personas populares entre pequeños grupos de turistas se consigue el efecto
imán que ellos mismos ejercen en su reducido grupo de influencia. Este efecto que
se consigue es altamente motivador ya que el interés de los grupos por las personas
que están en escena es grande.
Continuando con la colocación de actividades en la parrilla, se saltará ahora a
la noche número dos. La intensidad de esta segunda noche es media, y además ha
de servir para reafirmar la confianza que se ganó en la noche más tranquila, la
número uno. El contenido de esta segunda, aparte de la música para bailar, es interesante
que incluya juegos del tipo de los de integración, de baile, y sobre todo del
grupo de los dinamizadores (Puertas-Font).

La tercera noche del programa tendrá que ser una noche de intensidad fuerte.
Como es la primera intensidad fuerte de la rueda, puede estar basada en los
residentes que llevan más tiempo en el establecimiento; esto quiere decir que podría
ser perfectamente una pequeña fiesta de elecciones de las denominadas fiestas
competitivas normales, en las que participan de 4 a 6 personas y que compiten para
ser elegidos los personajes más simpáticos o populares del establecimiento. Su base
estará en lograr dirigir a todos los asistentes a esta actividad a partir de ese escaso
número de activos. La consecuencia será una noche de alto dinamismo con un
gran poder de fidelización en todos los asistentes.

6. Las actividades de las tardes. Una vez colocadas todas las actividades de noche, será
mucho más fácil continuar el proceso con las actividades de tarde, concretamente con
la actividad que se propone antes de la actividad de noche. De esta manera, se podrá
equilibrar la intensidad de los espacios y la tematización; así también será más fácil
tematizar un día, ya que el tema siempre lo marca la actividad de noche. Por ejemplo,
si se programa un espectáculo de flamenco por la noche, se podría tematizar el
día realizando por la tarde un cursillo de sevillanas seguido de un taller de coctelería
en el que se pueda aprender a preparar una sangría y degustarla posteriormente.
La secuencia de organización de las actividades de la tarde se basa en la manera
que se indicaba en el punto anterior, es decir, empezar por la tarde uno, volver
a la siete y saltar luego a la dos para seguir con toda la secuencia hasta el final.
Ahora vendrá muy bien la anotación que se hizo en su momento de los días de
fiesta de los animadores, para así poder descargar la intensidad de organización
de cada una de las actividades.
Se aconseja también que, antes de decidirse por una actividad u otra, se haya
realizado una lista, lo más amplia posible, de las actividades susceptibles de ser
programadas, para así ir decidiendo cuál de ellas va a pasar finalmente al programa.
Con este sistema tan simple se evitará estar escribiendo y tachando continuamente
las posibilidades en las casillas de la parrilla. De la misma manera que en
las noches se aconsejó tener en cuenta el esquema de intensidades recogido en la
figura 6.8, aquí se hace igualmente necesario.

7. Las actividades de las mañanas. Como la franja horaria laboral resulta ser bastante
amplia, hay pequeños detalles que se pueden tener en cuenta para no cargada más de
lo necesario. Una de estas acciones es designar la preparación del día o la primera actividad
a la persona del departamento que más temprano acabó su turno el día anterior.
Para esta franja también será aconsejable confeccionar primeramente la lista
de posibilidades de la misma manera que se hacía en la franja anterior. Hay una
cierta tendencia a relacionar las actividades de la mañana con actividades de ejercicio
físico; muchas veces este resultado se debe a una operación de mimetismo, o
también a causa de una imposición. Hay que ampliar la visión y pensar que la
opción no siempre está en una actividad física, sino que hay otras muchas posibilidades.
Con esto no se quiere decir que no hay que programar actividades físicas
por la mañana, ni mucho menos, lo que se pretende es abrir la franja horaria y
situar estas actividades en otros momentos del día. Aunque al final se acabe programando
este tipo de actividades en la franja matutina, es absolutamente lícito,
sobre todo si es fruto de un estudio y una investigación profunda, como se verá.

8. La revisión final. Una vez rellenada toda la parrilla, y antes de dar como válido el
programa confeccionado, se tendrá que revisar concienzudamente que todas las
actividades se adapten a las directrices redactadas en el tercer punto.
La forma de hacerlo será en consenso con todos los miembros del staff presentes
en el establecimiento en ese momento, para repasar los seis puntos que conducirán
a la validación final de la propuesta de actividades (cuadro 6.1).

CUADRO 6.1. Puntos de validación del resultado obtenido

1. Que se cumplan objetivos, peticiones y parámetros.
2. Que se cuente con el material genérico necesario.
3. Que los espacios sean adecuados a las actividades.
4. Que la temporalidad sea viable.
5. Que la distribución de horas sea factible.
6. Que las responsabilidades otorgadas sean asumibles.

En primer lugar, se revisará que los objetivos, peticiones y parámetros marcados
se cumplan. Seguidamente, se repasará el material genérico del que se dispone
para confirmar que se corresponde con el que se necesitará. En tercer lugar,
se dará un repaso a los espacios donde se van a aplicar las actividades para comprobar
que, efectivamente, sean adecuados para acoger las actividades programadas.
A continuación se comprobará la viabilidad de la temporización de todas
ellas, seguida de la distribución de las horas otorgadas, en función también de la
disponibilidad de los animadores. Para acabar con el análisis de la responsabilidad
que tiene que asumir cada uno de los miembros del staff, y que ha de estar en relación
con sus capacidades y con las actividades que tienen que realizar.
Al final de este último análisis, y después de rectificar lo que haya sido necesario para adecuar el programa a las posibilidades reales del establecimiento y del departamento, se dará como válido y definitivo el programa de actividades creado, pasando a la próxima fase de la confección del proyecto.

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