miércoles, 12 de enero de 2011

Para leer: LA ANIMACIÓN TURÍSTICA EN RESTAURANTES

La Animación turística en los restaurantes

¿Qué hacer con los niños inquietos en los restaurantes?

Muchas veces resulta común escuchar en algunas familias el siguiente diálogo:
«-¿Salimos a cenar hoy, amor? / -No, imposible, no tenemos con quien dejar a los niños y sabes cómo se comportan dentro del restaurante.»

En innumerables ocasiones ocurre que te encuentras cenando o almorzando en determinado restaurante y observas con asombro a más de cinco niños corriendo sin ningún control por todo el local, jugando con cubiertos, servilletas... Sin que los mozos le puedan llamar la atención, y los padres... completamente ajenos al mundo, como si se hubiesen sacado un peso de encima.
Analizando el hecho de qué hacer con los niños, muchos dueños de restaurantes han tenido la buena, ingeniosa y novedosa idea de ofertarle a padres y niños que visitan su local (para deleitar un buen menú), un nuevo producto, vinculado con las actividades recreativas y de animación. La idea es que mientras los padres disfrutan del almuerzo o la cena, los niños después de haber terminado de comer posean la oportunidad de realizar actividades recreativas y de animación, para que tengan un bello aprovechamiento de su tiempo libre en ese lugar. Pero lo que estos empresarios no consideraron es que estas actividades sean organizadas, planificadas y ejecutadas por profesionales de la animación.
Sin olvidarnos que el juego es una manera efectiva y divertida que le permite a los niños relacionarse con su entorno a la vez que desarrollan sus habilidades de lenguaje, pensamiento, motricidad fina, motricidad gruesa, habilidades creativas y sociales, en sus juegos los niños representan simbólicamente sus fantasías, deseos y experiencias. Es una manera a través de la cual no solamente expresan su mundo interior, sino que elaboran, encuentran soluciones, se calman, alivian, encuentran la posibilidad de controlar lo externo y lo interno. El juego en sí mismo es terapéutico para él, un niño que no juega es un niño que estará enfermo psicológicamente.
Por ello es muy buena la idea de confeccionar espacios dedicados para que los niños puedan jugar en el restaurante. Pero en muchas empresas que poseen este servicio, el mismo no esta debidamente estructurado, más bien es un local para la contención y no para la diversión, no poseen ni siquiera una decoración infantil, no sabemos para qué edad están adaptados, no existen juegos orientados a mejorar en los niños el vínculo humano, el desarrollo creativo, los valores, no existe un juego que les enseñe a compartir o permita aumentar el concepto de amistad y autoestima.
Buscar espacios adecuados
Muchos empresarios gastronómicos que poseen áreas de juegos para niños en su local, creen que colocar un pelotero, una cama elástica y videojuegos ya es más que suficiente para decir: «tengo una sala de juegos para chicos».
Sí... para su bolsillo, seguro que estará bien, pues esto le deja un posible lucro, pero para los niños no. ¿Alguien les preguntó cuáles son sus gustos y necesidades, a modo de encuesta? Nadie puede obligar a un adulto a realizar una actividad que no desea... Entonces ¿por qué inducimos a los niños a que realicen ciertas cosas sin conocer qué aporta esto?.
Los adultos olvidamos que muchas veces los niños inventan sus propios juegos, y que el niño necesita del juego tanto como del aire que respira, entonces por qué no ofrecerle una oferta variada y creativa, donde el niño se sienta atraído. Esto producirá que los padres deseen regresar nuevamente a ese restaurante y estaremos ganando a los padres como clientes y también al niño.
A modo de ejemplo, si el amigo lector visita un hotel con animación (aunque no es lo mismo a la animación en un restaurante), se asombrará de la cantidad de actividades que se pueden hacer con los niños, para que la pasen bien, en un área pequeña, pensada y diseñada para el trabajo con ellos. Llamado por los profesionales de animación «Miniclub», este espacio es normal encontrarlo en hoteles, cruceros, trenes de larga distancia, etc. En el mismo los niños se identifican con los demás niños, es un espacio que les permite leer, bailar, jugar, dibujar, disfrazarse y la decoración tiene como base personajes de los dibujos animados infantiles, muy a tono con los niños.
Repito: para hacer un trabajo similar en un restaurante sólo tienen que contratar a un especialista en animación, con experiencia, que coordine el área, porque además existe la absurda idea que sólo las personas que trabajan en un círculo infantil o jardín de infantes, son las que saben tratar con niños, esto constituye un grave error.
Simplemente música
He tenido la posibilidad de visitar restaurantes donde pude apreciar y quedé sorprendido con su oferta de animación tanto para chicos como para adultos. Dedicado a los adultos, de repente te encuentras a los mozos tocando la guitarra, cantando y bailando, después continúan con su trabajo atendiendo a los clientes, como si nada hubiera pasado. Una comida en un restaurante puede ser simple, alegre, fresca y joven, clásica ceremoniosa, llena de silencios, triste, descolorida, larga y aburrida o larga y divertida. Cuántas veces nos hemos sentado a la mesa para nada más que alimentarnos, entonces no es tan difícil hacer que cada una de las personas que visite nuestro establecimiento disfrute de un momento agradable y placentero. La comida será digerida y pasará... el buen momento no, ese quedará grabado en la memoria por siempre. Son cosas sencillas las que debemos hacer, sólo utilizar más nuestra creatividad, así elaboraremos un nuevo producto y seremos más competitivos.
¿A quién no le agrada durante la cena, escuchar tocar en vivo un trío de violines o guitarras o las melodías de un arpa?, es algo espectacular, además la buena música ayuda a la digestión.
Compromiso de padres y empresarios
Entonces comencemos a romper rutinas, diseñemos locales para los chicos, que no tienen que estar en las puertas de acceso (como he visto en algunos lugares). Los padres son los primeros que no opinan nada al respecto, ahora cuando sucede algún hecho dramático, todo el mundo quiere opinar y buscar un especialista en el área para que habilite el local... Entonces eliminemos los «depósitos de niños» convirtiéndolos en áreas de diversión, donde exista un buen control sobre los mismos, donde los pequeños aprendan cosas nuevas, donde los padres se sientan comprometidos y responsables, no es cuestión de dejarlos en un lugar determinado jugando y sólo volver la mirada a ese lugar cuando escuchamos que llora el niño.
No olviden que el juego educa, lo ha hecho a través de generaciones. Entonces busquemos una buena propuesta para toda la familia en nuestro restaurante, notarán que esta novedad en nuestros tiempos atraerá muchísimos clientes, además estaremos ofreciendo algo distinto, relajante, divertido... Pero no olviden contratar para ello los servicios de un especialista en el área, verán que todo les resultará «de 10 puntos». Por favor, sigan disfrutando de su cena, muchas gracias.

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