La noción de excelencia, por lo tanto, se relaciona a la idea de perfección y a las características sobresalientes. El término señala aquello que está por encima del resto y que posee escasos puntos débiles; .
En el caso de los seres humanos, la excelencia hace mención a alguna capacidad o habilidad fuera de lo común o a un talento difícil de igualar.
Perseguir la excelencia en algún campo del conocimiento representa una serie de sacrificios que la mayoría de las personas no está dispuesta a realizar. El patinaje artístico, por ejemplo, es una disciplina que exige iniciar los estudios a temprana edad, y que requiere de alrededor de treinta horas de entrenamiento a la semana, todo acompañado de una dieta adecuada y un descanso acorde a la cantidad de ejercicio. Si a esto se le suma que muy pocos logran convertirse en grandes patinadores, capaces de vivir de su vocación, y que en general deben someterse a infinidad de torneos y competencias internacionales donde una pequeña equivocación puede suponerles el fracaso, cuesta comprender cómo una pasión puede convertirse en una especie de tortura.